viernes, 25 de enero de 2013

CUAUHTEMOC RODRIGUEZ SEVILLA ::: "Lamentablemente el circo decidió prescindir de animales "






Grandes sombras del muralismo contemporáneo.

El teatro de sombras comete el error de ser fugaz, en cambio la pintura imita mejor al pensamiento: se queda quieta por más tiempo hasta que se confunde con lo real. Por eso las únicas sombras que vale la pena observar son las que engrandecen a los enanos. 

Se nos aguada el humanismo, es cierto; vivimos la era de lo planetario, lo global y lo ecológico. Ser un hombre hoy es muy poca cosa, apenas alcanza a ser uno un pequeño villano culpable del fin de la naturaleza. 

Vale la pena reflexionar sobre las culturas que erigen monumentos titánicos, hablan del optimismo grandilocuente de cuando no hacía falta elevar la autoestima del género humano. Hoy que todos queremos ser como nuestros hermanos gusanos el gran formato nos resulta ofensivo.

Las figuras sobre el muro dialogan pero no se dicen nada que no sepan, actúan su falsa sorpresa. Carecen de rasgos definitorios, uno podría ser el otro, cambiar papeles y no modificaría la escena. La circularidad autoreferente es garantía de infinito. Todo está en la naturaleza humana, si conocemos el fragmento que somos lo insignificante es un vehículo cósmico.  


Cuauhtémoc Rodríguez / 2013
Artista visual mexicano.

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